El mundo se mantiene en alerta ante la posibilidad de una nueva guerra en el horizonte, con el enfrentamiento entre Armenia y Azerbaiyán por el control del territorio de Nagorno Karabaj. El primer ministro armenio, Nikol Pashinyan, reconoció que es «muy probable» que se inicie un conflicto armado entre ambos países de Asia.
Las tensiones entre Armenia y Azerbaiyán por Nagorno Karabaj han sido una constante durante años, con dos conflictos armados previos que dejaron una situación compleja y sin resolución definitiva. En una entrevista con AFP, Pashinyan señaló que el gobierno de Bakú está llevando a cabo un «genocidio» contra los armenios en el enclave en disputa, lo que aumenta la probabilidad de un nuevo enfrentamiento.
El primer ministro de Armenia enfatizó que la clave para evitar la guerra radica en alcanzar un acuerdo bilateral. Mientras no haya un tratado de paz firmado y ratificado por los parlamentos de ambos países, la posibilidad de una guerra sigue siendo una preocupación latente.
Nagorno Karabaj es un territorio ubicado dentro del territorio reconocido de Azerbaiyán, pero con una mayoría de ciudadanos armenios. El conflicto en la región se remonta a 1988 y 1994, durante la disolución de la Unión Soviética, y finalizó con un acuerdo que favoreció a Armenia. Sin embargo, las tensiones resurgieron en 2020 cuando Azerbaiyán recuperó varios territorios que estaban bajo el control armenio, desencadenando enfrentamientos armados entre septiembre y noviembre de ese año. La mediación de Rusia llevó a un acuerdo que otorgó mayores beneficios a Azerbaiyán, pero dejó incertidumbre sobre la posibilidad de una nueva guerra en el futuro.
La comunidad internacional sigue atenta a la situación y aboga por una solución pacífica y diplomática para evitar el estallido de un conflicto armado que podría tener graves consecuencias para la estabilidad de la región.