Un reportaje impactante emitido por Chilevisión ha expuesto un asombroso caso de contrabando en el Puerto de San Antonio, relacionado con un empresario chileno que habría cazado un elefante en Zimbabue con la ayuda de una empresa local de caza. Lo más sorprendente es que, tras la caza, el animal fue trozado y sus partes transformadas en muebles.
El empresario, quien tiene diversas inversiones en el sur de Chile, intentó importar las partes del elefante declarándolas en la aduana. La lista de elementos encontrados en la carga es escalofriante: dos colmillos de marfil, una cabeza embalsamada, patas convertidas en reposapiés, tableros revestidos en cuero, una tela de cuero de elefante, una cola del animal, réplicas de colmillos de marfil y cuatro bases de madera.
Todo este espeluznante cargamento se gestionó mediante una empresa en Zimbabue, como una especie de ‘pack’ de caza y recolección, lo que ha generado una gran polémica y repudio en la sociedad.
Además, se ha descubierto que en la caja de la importación no tradicional del elefante se encontraba escrito un nombre: «Oscar Guillermo». Al indagar más sobre esta identificación, sorprendentemente se ha encontrado una posible conexión con el empresario chileno involucrado en este repudiable acto.
Las autoridades están llevando a cabo una investigación exhaustiva para determinar la veracidad de estos hechos y asegurar que se tomen las medidas adecuadas contra el responsable. La caza y comercio de especies protegidas, como los elefantes, es ilegal y altamente condenado a nivel internacional, lo que hace aún más grave esta situación.
Este lamentable incidente ha desatado la indignación de organizaciones animalistas y de la sociedad en general, quienes exigen justicia para el elefante y una mayor conciencia sobre la importancia de proteger la vida silvestre y el medio ambiente.