Tras un mes de incertidumbre y especulaciones sobre su paradero, el flamante ministro de Asuntos Exteriores de China, Wang Yi, visitó Turquía para reunirse con su homólogo turco, Hakan Fidan, y el presidente Recep Tayyip Erdogan en el Palacio Presidencial de Ankara. Esta visita se produjo después de la destitución del anterior canciller chino, Qin Gang, de quien se desconoce su paradero desde el pasado 25 de junio.
Durante las conversaciones entre Wang y Fidan, se abordaron temas de interés común, como la situación en Ucrania y el sistema financiero mundial. También se discutió la creciente escalada de los ataques aéreos rusos contra objetivos cerealistas ucranianos, tras el abandono de un acuerdo de 2022 negociado por las Naciones Unidas y Turquía que había permitido la exportación segura de grano ucraniano al Mar Negro el año anterior.
El presidente Erdogan expresó su deseo de intensificar la cooperación entre Turquía y China, dada la importancia que ambos países tienen en asuntos globales y regionales. La oficina del presidente emitió un comunicado destacando la relevancia de esta relación bilateral.
Cabe mencionar que el régimen chino designó nuevamente a Wang como responsable de Exteriores, un cargo que ya había ocupado entre 2013 y 2022, y cuyos registros nunca fueron eliminados del sitio oficial del organismo. Este hecho sugiere que la destitución de Gang pudo haber sido un tema complicado.
La destitución de Qin Gang se oficializó mediante una orden firmada por el presidente y secretario general del Partido Comunista de China, Xi Jinping, después de una reunión inusual del Comité Permanente de la Asamblea Nacional Popular (ANP, Legislativo).
La repentina destitución de Qin ocurrió después de su rápido ascenso al cargo de canciller en diciembre anterior, cuando su tono firme y agresivo fue premiado en medio de la apertura del país tras el fin de la política del «cero COVID».
Las relaciones entre China y Turquía han experimentado un aumento en su intensidad desde 2010, cuando fueron elevadas a nivel de «cooperación estratégica», según destaca la prensa turca. Se especula que Ankara busca más inversiones y fondos chinos para enfrentar la actual crisis económica del país.
En cuanto a las cifras comerciales, Turquía importó bienes y servicios de China por un valor de 41.354 millones de dólares el año pasado, mientras que sus exportaciones al gigante asiático totalizaron apenas 3.280 millones de dólares.
Por último, no se espera que Wang Yi y sus homólogos turcos ofrezcan declaraciones a la prensa tras sus encuentros en Turquía. La visita de Wang representa un importante paso en la búsqueda de fortalecer las relaciones diplomáticas entre China y Turquía, aunque persisten incógnitas sobre las circunstancias que llevaron a la destitución de Qin Gang y su paradero actual.