El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, ha firmado un decreto que busca aumentar las restricciones para el acceso de civiles a armas y municiones en el país, como parte de una política de desarme dentro del Programa de Acción de Seguridad (PAS) que deberá ser avalado por el Congreso brasileño.
El decreto, denominado «control responsable de armas», tiene como objetivo reducir el acceso tanto de civiles como de los llamados CAC (cazadores, tiradores deportivos y coleccionistas) a armamento. Entre las principales medidas se encuentra la limitación a dos armas por persona para autodefensa, cuando anteriormente los civiles podían tener hasta cuatro.
Durante la ceremonia de firma en el Palacio de Planalto en Brasilia, sede del Gobierno, Lula expresó su compromiso con un «país desarmado» y argumentó que la responsabilidad de estar bien armados recae en la Policía brasileña y las Fuerzas Armadas, no en la población civil. Hizo referencia al auge del crimen organizado en la región amazónica, la violencia intrafamiliar y la proliferación de armas en el país durante el mandato del expresidente Jair Bolsonaro.
El decreto establece que los civiles deberán demostrar una «necesidad efectiva» para la tenencia de armas, un requisito que no se exigía previamente. Además, se restringe la cantidad de municiones permitidas anualmente, reduciéndola de 200 a 50. En cuanto a los CAC, se impondrán limitaciones «mucho más estrictas que las actuales», según declaró la Presidencia.
Lula destacó que mediante estas medidas de seguridad implementadas a través del PAS, Brasil podrá vivir en paz y tranquilidad, con menos odio y violencia. Asimismo, resaltó el compromiso del gobierno en cuidar a la sociedad brasileña y defender la democracia.
Por su parte, el ministro de Justicia y Seguridad Pública, Flávio Dino, hizo hincapié en que este decreto marca el cierre de un capítulo oscuro en la historia de Brasil, que previamente había estimulado el armamento irresponsable. Destacó que es tarea de todo el gobierno velar por erradicar este odio arraigado y garantizar la integridad física y moral de las personas.
El decreto firmado por Lula representa un paso significativo en el control del acceso a armas y municiones en Brasil, buscando así disminuir la violencia y contribuir a un ambiente más seguro para toda la sociedad. La aprobación en el Congreso será clave para llevar adelante estas importantes medidas de desarme.