Un inquietante suceso tuvo lugar en Queensland, al norte de Australia, cuando una situación caótica a bordo de un bus escolar llevó al conductor a tomar una decisión indignante. Cerca de una veintena de niños, con edades comprendidas entre 5 y 12 años, protagonizaron una pelea tumultuosa durante el trayecto, lo que desató la ira del chofer.
El conductor, visiblemente enojado y exasperado, tomó una drástica determinación y obligó a los pequeños a descender del vehículo, dejándolos abandonados en medio de la ruta a más de 10 kilómetros del lugar al que se dirigían inicialmente.
Horas más tarde, los niños fueron encontrados agotados, deambulando junto al camino. Relataron que las peleas y el comportamiento inadecuado fueron la razón por la que el conductor los hizo bajar, declarando que ya no podía soportar su comportamiento indisciplinado.
El incidente generó un gran revuelo entre la comunidad local y llamó la atención de los medios de comunicación. La empresa de transporte Translink emitió un breve comunicado de disculpas, expresando su profundo pesar por lo ocurrido y subrayando que el conductor responsable de este alarmante episodio «ya no trabaja con nosotros».
Los padres de los niños afectados se mostraron comprensiblemente consternados y furiosos por la negligencia del conductor y la falta de seguridad que experimentaron sus hijos. Se espera que se realice una investigación completa para esclarecer lo sucedido y evitar que situaciones similares ocurran en el futuro.
Este incidente ha servido como un recordatorio de la importancia de garantizar la seguridad y el bienestar de los niños mientras viajan en autobuses escolares, y ha generado un llamado a una mayor supervisión y capacitación para el personal de transporte encargado de cuidar a los estudiantes.