Bolivia e Irán han dado un nuevo paso en su estrecha relación diplomática al firmar un memorándum de entendimiento para ampliar la cooperación bilateral en materia de seguridad y defensa. El ministro de Defensa boliviano, Edmundo Novillo Aguilar, y su homólogo iraní, Mohammad Reza Ashtiani, rubricaron el acuerdo en Teherán, abriendo la posibilidad de una mayor colaboración entre ambas naciones.
El acuerdo, aunque aún no ha sido detallado en su totalidad, se enfoca en apoyar a Bolivia en su lucha contra el narcotráfico y fortalecer la vigilancia en sus fronteras. Sin embargo, el ministro iraní admitió que también incluirá la venta de material y el entrenamiento de personal en temas de seguridad.
El Instituto de Estudios para la Guerra (ISW) ha expresado sus sospechas de que Irán podría ofrecer drones a las autoridades bolivianas, basándose en declaraciones previas del ministro iraní sobre la disposición de su país para proporcionar «tecnología avanzada» a Bolivia. Los drones persas han sido utilizados en diversas naciones para labores de vigilancia fronteriza, incluyendo Venezuela.

Esta cooperación entre Bolivia e Irán no es nueva, ya que ambas naciones han venido fortaleciendo sus lazos diplomáticos y políticos desde la época del expresidente Evo Morales. Durante su mandato, Morales y el expresidente iraní, Mahmud Ahmadinejad, se visitaron mutuamente y suscribieron numerosos acuerdos para promover la producción de alimentos, medicinas y establecer nexos culturales, científicos y tecnológicos.
La firma de este acuerdo ha generado preocupación en la oposición boliviana, que ha cuestionado la decisión del gobierno de Luis Arce de continuar con el acercamiento a Irán. Algunos miembros de la oposición han expresado su inquietud sobre el respeto a los derechos humanos en los países con los que Bolivia está estrechando lazos, incluyendo Rusia, Venezuela, Nicaragua e Irán.
El presidente boliviano, Luis Arce, ha seguido la política de acercamiento hacia Irán iniciada por Evo Morales, manteniendo el interés en fortalecer los lazos con esta nación del Medio Oriente.
Aunque aún se desconocen los detalles precisos del acuerdo de seguridad, la comunidad internacional y, en particular, los países vecinos, como Chile, estarán atentos a los posibles efectos que esta colaboración bilateral pueda tener en la región. La estabilidad y la seguridad en América del Sur son temas de interés común para todos los países, y cualquier iniciativa que involucre aspectos militares y de defensa genera especial atención y cautela entre las naciones vecinas.