En el informe anual sobre tráfico de personas presentado por el secretario de Estado de Estados Unidos, Anthony Blinken, se ha lanzado una alarma preocupante sobre la situación de los migrantes venezolanos en las islas de Curazao y Aruba. Según el reporte, estos migrantes son las principales víctimas de redes de trata en la región.
A pesar de los esfuerzos del gobierno de Aruba, el informe destaca que las medidas tomadas hasta ahora son insuficientes para abordar este grave problema. Como respuesta a la problemática, Aruba ha aumentado el número de funcionarios encargados de investigaciones penales a siete y ha llevado a cabo reformas en su infraestructura para ofrecer refugio a posibles víctimas de trata. Sin embargo, durante los últimos cuatro años, las autoridades de este territorio no han logrado llevar ante un juez a ningún responsable de este delito.
El informe también pone de relieve que gran parte de las operaciones de tráfico de personas en Aruba y Curazao están vinculadas a migrantes venezolanos que intentan huir de la crisis en Venezuela. Irónicamente, en el año 2022, las autoridades de Aruba no detectaron ninguna víctima venezolana, pero sí identificaron a cinco colombianos y un alemán como posibles víctimas de trata.
Ante esta preocupante situación, el informe sugiere que es necesario aumentar el número de especialistas dedicados a la identificación de posibles víctimas y a abordar de manera más efectiva el problema del tráfico de personas en la región. Las autoridades de Aruba y Curazao deberán enfrentar este desafío y trabajar de manera conjunta para proteger a los migrantes vulnerables y combatir esta grave violación de los derechos humanos.
