Algoritmos en contra de la delincuencia. La inteligencia artificial (IA) está demostrando ser una herramienta poderosa en la lucha contra el crimen, y un ejemplo reciente es el uso de algoritmos para capturar a un traficante de drogas al analizar sus patrones de conducción.
En el caso de David Zayas, la policía de Westchester County en Nueva York utilizó una plataforma llamada Rekor, especializada en análisis de patrones de tráfico basados en IA, para identificar su vehículo como sospechoso.
Como explica el informe publicado en el sitio web de Gizmodo, Rekor utiliza datos de su sistema de reconocimiento automático de matrículas (ALPR) para alimentar a su IA. El ALPR registra millones de placas de matrícula cada semana, proporcionando información sobre el fabricante, modelo y trayectoria de los vehículos. La IA analiza estas detecciones y busca patrones inusuales en los movimientos de los vehículos.
¿Qué reveló el análisis?
En el caso de David Zayas, el análisis reveló que su vehículo tenía patrones de conducción que coincidían con los utilizados por los traficantes de drogas en el área. Basándose en esta información, la policía emitió una orden para inspeccionar el vehículo y descubrió una gran cantidad de crack, una pistola y una suma considerable de dinero en efectivo en el maletero.
Este caso ilustra el potencial de la IA en el ámbito de la seguridad pública y el combate contra el crimen. Sin embargo, también plantea cuestiones éticas y de privacidad. A medida que la IA avanza, es importante establecer límites claros y salvaguardias para garantizar un uso adecuado y respetuoso de esta tecnología.
Si bien la capacidad de la IA para analizar patrones de conducción y detectar comportamientos sospechosos puede resultar prometedora en términos de aplicación en la seguridad pública, también es importante tener en cuenta los posibles desafíos y preocupaciones asociados con la privacidad y el uso responsable de esta tecnología en el futuro.