El fundador y CEO de Meta (anteriormente conocida como Facebook), Mark Zuckerberg, ha realizado sorprendentes declaraciones sobre la gestión de información durante los primeros días de la pandemia de COVID-19. En una entrevista reciente, Zuckerberg reconoció que al comienzo de la crisis sanitaria, muchas de las llamadas «teorías de la conspiración» fueron censuradas sin un análisis exhaustivo, y algunas de ellas terminaron siendo verdaderas o, al menos, más discutibles de lo que se pensaba inicialmente.
El magnate tecnológico afirmó que durante la etapa inicial de la pandemia, había una prisa por tomar decisiones y limitar la difusión de información considerada controvertida o potencialmente dañina. Sin embargo, en retrospectiva, reconocen que esto no siempre fue la mejor estrategia, ya que algunas de las teorías que fueron silenciadas posteriormente demostraron tener elementos de verdad.
Zuckerberg señaló que «el sistema se equivocó en un montón de hechos» y que, en ese momento, se pidió la censura de muchas cosas que en realidad eran más discutibles o tenían cierto grado de veracidad. Este tipo de errores, según Zuckerberg, afectó la confianza de las personas en las plataformas y los medios de comunicación.
Asimismo, el CEO de Meta destacó la importancia de evitar la censura y fomentar un ambiente donde se puedan debatir diferentes perspectivas y opiniones sin caer en la polarización o la discriminación. Insistió en que no hay nadie que sea dueño de la verdad absoluta y que la diversidad de opiniones puede enriquecer el proceso de búsqueda de soluciones y conocimientos.
En el contexto de la pandemia, algunos grupos que fueron inicialmente etiquetados como «negacionistas» o portadores de «teorías de conspiración» terminaron ofreciendo argumentos válidos o evidencia respaldada por la ciencia. Esto ha generado debates sobre la importancia de permitir la libre expresión de ideas, incluso aquellas que pueden parecer controvertidas o poco convencionales en un primer momento.
Las declaraciones de Zuckerberg han provocado reacciones diversas en la opinión pública y entre expertos en el campo de la comunicación y la tecnología. Algunos elogian su apertura a reconocer errores pasados y la importancia de proteger la libertad de expresión, mientras que otros advierten sobre los riesgos de la desinformación y la propagación de teorías no fundamentadas científicamente.
En cualquier caso, estas declaraciones abren un nuevo debate sobre la responsabilidad de las plataformas tecnológicas y los medios de comunicación en la gestión de información, especialmente en momentos de crisis y emergencias sanitarias, donde la precisión y la transparencia son fundamentales para el bienestar de la sociedad.
